«Hablamos del Mercosur, de la cuestión del dragado, de los puertos, y de avanzar en el instrumento que nos dará la forma de mantener el control ambiental completo del río Uruguay», explicó la ministra argentina Susana Malcorra al termino de la reunión en el Palacio Santos en el centro de la capital uruguaya. Los cancilleres se negaron a aceptar preguntas de la prensa.

La reunión entre Malcorra y su par uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, se produce tras un encuentro el 7 de enero de los presidentes Mauricio Macri, que asumió en diciembre en Argentina, y Tabaré Vázquez, que lleva cerca de un año de su segundo mandato no consecutivo.

En esa reunión presidencial en el puerto turístico de Colonia de Sacramento, en el oeste de Uruguay, los mandatarios acordaron retomar «los vínculos históricos» bilaterales tras una década plagada de desencuentros.

El más fuerte de ellos fue la álgida disputa por la puesta en marcha de una planta para procesar celulosa en la margen oriental del fronterizo río Uruguay, que -según Vázquez- incluso llevó a Montevideo a considerar la hipótesis de un conflicto bélico.

Nin Novoa expresó este viernes que los acuerdos logrados en el encuentro con Malcorra demuestran el empeño mutuo para «que Uruguay y la Argentina retomen esa senda de la hermandad y compromiso rioplatense».

Al igual que Malcorra, el canciller uruguayo colocó entre los temas prioritarios de la reunión el examen de la agenda del Mercosur, que comparten con Brasil, Paraguay y Venezuela. Bolivia está en proceso de adhesión.

Ambos gobiernos mantienen diferencias en el seno de Mercosur con Venezuela, a cuyo gobierno el presidente argentino ha pedido que libere a los presos políticos. 

Por su parte, Vázquez intenta lograr que Caracas cancele una deuda por exportaciones lácteas, que según los ganaderos uruguayos tiene al borde de la quiebra a varios productores.

Los reclamos se han traducido en bloqueos de carreteras y manifestaciones reiteradas durante el último mes. El jueves Vázquez anunció que la banca estatal prestará 66 millones de dólares a cuatro de las mayores empresas lecheras para que solventen sus dificultades, a la espera de un pago que Venezuela se ha comprometido a hacer.