FAO asesora a países de Latinoamérica para anticiparse a eventos climáticos

30 de septiembre de 2022
Fuente: https://www.fao.org/

 La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) expuso, junto a los países, casos de éxito sobre el apoyo y trabajo de la región en materia de acción anticipatoria a eventos como sequías, inundaciones y amenazas climáticas.  

Las presentaciones se dieron en el marco de la 4ª Plataforma de Diálogo Regional sobre Acción Anticipatoria, que se realizó en Antigua, Guatemala, y que fue organizada por el Anticipation Hub y coorganizada por la Cruz Roja Alemana y el Programa Mundial de Alimentos.  

El evento tiene como objetivo mejorar la acción anticipatoria –medidas que se adoptan para anticiparse y mitigar el impacto de desastres-, para que la región esté más protegida frente al impacto de crisis o amenazas que puedan afectar vidas, medios de vida y seguridad alimentaria. 

Los países que cuentan con el apoyo de FAO en esta materia en la región son Bolivia, Colombia, Paraguay, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Venezuela, República Dominicana y El Salvador 

“Las acciones anticipatorias impulsadas por la FAO comparten el mismo objetivo: proteger a los pequeños agricultores, pescadores y ganaderos vulnerables frente a amenazas, para que no pierdan sus medios de vida y puedan seguir proporcionando alimentos para ellos y sus familias.”, explicó Anna Ricoy, Oficial de Gestión del Riesgo de Desastres de la FAO.   

Según datos de la FAO, por cada 1 USD invertido en Acción Anticipatoria se genera un retorno de inversión de hasta USD 7 en daños y pérdidas evitados y beneficios a los hogares.

Avances en la región 

La FAO se ha convertido en la principal agencia promotora de la acción anticipatoria orientada a mitigar el impacto de diferentes amenazas sobre los medios de vida agropecuarios y la seguridad alimentaria.  

En Bolivia, la FAO está trabajando de la mano con las instituciones del sistema nacional de gestión de riesgos para promover el enfoque de acción anticipatoria frente a incendios y sequías, protegiendo medios de vida y conectando los diferentes niveles territoriales y gubernamentales de la gestión del riesgo. El trabajo, se ha hecho con un foco en brechas de género y resiliencia, en comunidades indígenas afectadas, de tal manera de no dejar a las mujeres relegadas. 

En Paraguay, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, de la mano de la FAO, realizó dos planes de acción anticipatoria en Caazapá y en Ñeembucú. Estos planes son los primeros de este tipo en la región y se activan ante alertas definidas para accionar medidas de resguardo para cultivos y ganado.   

Además, se están vinculando a sistemas participativos de información agroclimática para mejorar las alertas. La organización estima que los beneficios podrían llegar a miles de pequeños hombres y mujeres productores de la agricultura familiar. 

En el corredor seco Centroamericano se calcula que viven 10,5 millones de personas; 50% en la pobreza. Casi dos millones de familias dependen de la agricultura de subsistencia y están constantemente en riesgo de inseguridad alimentaria.  

Para hacer frente a esa situación, la oficina de la FAO en Honduras presentó buenas prácticas y lecciones aprendidas en la implementación de acciones anticipatorias frente a sequía en los sistemas de gestión de riesgos en el corredor seco, incluyendo además el trabajo en Guatemala, Nicaragua y El Salvador.  

Se destacó la labor con calendarios estacionales, la priorización de riesgos y el desarrollo de estrategias de intervención territorial con perspectiva de género.  

Durante el evento, también se abordaron las principales amenazas de salud animal en América Latina y el Caribe, y su interconexión con otras amenazas de origen natural como huracanes y sequías, y las acciones para anticiparse en ese contexto. 

La 4ª Plataforma de Diálogo Regional sobre Acción Anticipatoria, tuvo como lema “Escalamiento e Integración en los Sistemas de Gestión de Riesgo de Desastres”. Su objetivo es mejorar la acción anticipatoria para que la región esté más protegida frente al impacto de desastres y crisis o amenazas que puedan afectar vidas, medios de vida y seguridad alimentaria.