Ecuador vive uno de los episodios más tristes

18 de abril de 2016
Fuente: ANDES
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El presidente de la República de Ecuador, Rafael Correa, se mostró visiblemente afectado por la magnitud de la tragedia que vive Manabí tras el terremoto del pasado sábado. (Fotos: César Muñoz/Andes)

Manta, Ecuador, 18 abr (Andes).- Imágenes de destrucción, dolor y angustia recibieron este domingo al presidente Rafael Correa en su visita a esta localidad costera de la provincia de Manabí, una de las más devastadas por el potente terremoto que sacudió la víspera a gran parte de Ecuador.

A las 18:00 locales (23:00 GMT), apenas llegó de su periplo internacional que lo llevó por una semana a Estados Unidos y El Vaticano, el mandatario lo primero que hizo fue recibir los reportes de algunos de sus ministros que esperaron su arribo a la Base Militar de Manta y de inmediato constatar personalmente los daños ocasionados por el sismo en las localidades manabitas.

En medio de calles llenas de polvo, escombros y de lamentos de decenas de personas que perdieron a sus seres queridos, el mandatario ecuatoriano y su comitiva recorrieron el sector conocido como Tarqui, un barrio ubicado a pocos metros de la playa y uno de los de mayor tradición comercial de Manta.

 

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Una zona comercial de Manta quedó devastada. (Fotos: César Muñoz/Andes)

Allí, el panorama era desolador. La zona estaba a oscuras, pero la luz de la Luna permitía ver las siluetas de edificios derrumbados. Los restos de paredes, vidrios, cables del tendido eléctrico regados por el suelo asemejaban un escenario de guerra. Eran los estragos del terremoto de 7,8 grados que asoló a la comunidad manabita.

Con una evidente expresión, mezcla de asombro y tristeza, Correa recorrió parte de este barrio. Pese a la resistencia de su equipo de seguridad, no dudó en confundirse en abrazos con algunos moradores que le agradecieron su presencia en la zona devastada.

Por unos momentos atendía los requerimientos de los damnificados y de inmediato pedía un teléfono para comunicarse con algunos de sus colaboradores y solicitar respuestas a los pedidos de aquellos ciudadanos.

Los miembros de su seguridad insistentemente procuraban que el jefe de Estado no camine por zonas que revestían algún tipo de peligro de caída de escombros.

Por minutos, el presidente se quedaba con la mirada fija en las devastadoras imágenes. “Qué tragedia”, pronunciaba repetidamente.

Uno de los puntos más críticos de su recorrido fue cuando llegó a un sector donde se desplomaron varios edificios donde funcionaban un centro comercial popular, agencia bancaria y otros negocios.

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El presidente recibió informes de las labores de rescate. (Fotos: César Muñoz/Andes)

En ese lugar, iluminado con potentes reflectores, se desarrollaban intensas labores de búsqueda de sobrevivientes y recuperación de cadáveres, por parte de los organismos de socorro que llegaron de distintas partes del país.

“Hay sobrevivientes señor presidente”, le comentó un joven rescatista al primer mandatario, quien se colocó un casco de bombero en esa zona, pues se ubicó en el lugar mismo donde los socorristas trabajan arduamente. Correa no dejó de agradecer a esos voluntarios por su extenuante labor que se había extendido por horas.

Después de una hora de uno de los recorridos más tristes de sus nueve años de presidencia, el jefe de Estado se dirigió a Portoviejo, la capital manabita, donde constató una situación igual de catastrófica a la de Manta.

Por las oscuras calles de esta localidad, se observaba a decenas de familias que preferían pernoctar en los portales por el miedo a que se produzca un nuevo evento sísmico de gran magnitud.

 

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El jefe de Estado reconoció el trabajo arduo de los rescatistas. (Fotos: César Muñoz/Andes)

Ellos recibieron el saludo solidario del mandatario, quien les informó que el gobierno está preparado para enfrentar esta tragedia con apoyo a los damnificados y reconstruir la infraestructura y la esperanza de los portovejenses.

Posteriormente el mandatario se dirigió a las oficinas del Sistema Integrado de Seguridad ECU-911, donde se reunió nuevamente con sus colaboradores y ofreció a la prensa un reporte actualizado sobre los daños ocasionados por el sismo.

El mandatario informó que la cifra de fallecidos se incrementó a 272 y la de heridos se elevó a 2.068. “Ánimo patria querida, nuestro infinito amor, nuestro abrazo solidario a los que han perdido a sus seres queridos", expresó al calificar al suceso como la peor tragedia de los últimos 67 años, solo superada por el terremoto de agosto de 1949 en la localidad andina de Ambato.

Correa tiene previsto este lunes recorrer y sobrevolar las zonas afectadas del perfil costero de la provincia de Manabí, entre ellas Pedernales, la más destruida por el terremoto de este 16 de abril, fecha que difícilmente se borrará de las mentes de los ecuatorianos.