Conclusiones y Recomendaciones de la “Reunión Regional: Análisis y Propuestas para la Consolidación de la Arquitectura Financiera Regional y la Cooperación Monetaria y Financiera en América Latina y el Caribe”

02 de marzo al 01 de abril de 2012

Secretaría Permanente

1. Los participantes en la Reunión Regional “Análisis y Propuestas para la Consolidación de la Arquitectura Financiera Regional y la Cooperación Monetaria y Financiera en América Latina y el Caribe”, efectuada el 27 y 28 de febrero de 2012, en la sede del SELA, tomaron nota con especial interés del documento de la Secretaría Permanente del SELA, “La situación reciente de la reforma de la arquitectura monetaria y financiera internacional y de los avances hacia una arquitectura monetaria y financiera regional para América Latina y el Caribe”, considerándolo una contribución oportuna y relevante en el contexto del importante proceso de consulta y concertación que adelantan los Estados Miembros a nivel regional sobre estos temas.

 

2. Una visión propia de América Latina y el Caribe sobre la crisis mundial, sobre las reformas del sistema monetario y financiero que se intentan a nivel global, sobre las medidas que se adoptan para afrontar la crisis, sobre el impacto de ésta a nivel regional, así como la identificación de opciones de políticas públicas y de medidas de cooperación de alcance regional, son necesarias para lograr avances cónsonos con la gravedad y urgencia de la situación, con los retos y oportunidades que ella plantea, y para asegurar que operen en apoyo al proceso de desarrollo regional.

 

3. El actual contexto internacional es incierto y se anticipa que la economía mundial está a punto de entrar en una profunda desaceleración y en un escenario de débil crecimiento en los años próximos, sobre todo en los Estados Unidos y en países de la Zona Euro.

 

4. La experiencia reciente a nivel internacional demuestra que la definición y coordinación de políticas frente a la crisis no pueden ser realizadas unilateralmente por países individuales o grupos de países. Se requiere asegurar un proceso abierto y transparente que permita abordar de la manera más objetiva posible los problemas estructurales del actual sistema, subsanar las grandes diferencias de aproximación que persisten, e innovar en la identificación de soluciones de impacto positivo para toda la comunidad internacional. En este esfuerzo se destaca el desempeño afirmativo de los países de la región miembros del Grupo de los 20.

 

5. En América Latina y el Caribe prevalece la incertidumbre pero también la clara conciencia al más alto nivel político de la urgencia de crear condiciones para potenciar el desarrollo de la región por la vía de la concertación, la cooperación y la integración, con la meta, entre otras, de prevenir el contagio y de convertir la crisis en oportunidad. En particular, la Declaración y el Plan de Acción de Caracas 2012 de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), resaltan la importancia de avanzar en el área financiera con estos firmes propósitos.

 

6. En la región se han dado pasos afirmativos de importancia en materia de cooperación financiera, tanto bajo esquemas preexistentes, como bajo modalidades innovadoras que no sólo intentan responder directamente a las necesidades y potencialidades de los países participantes, sino que también se plantean como opciones para ser consideradas en el contexto más amplio de la región en su conjunto. Entre los primeros se cuentan el Banco Interamericano de Desarrollo, la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina, el Fondo Latinoamericano de Reservas, y el Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos de ALADI. Entre los segundos, el Banco del Sur, el Sistema Unitario de Compensación Regional (SUCRE), el Sistema de Pagos en Monedas Locales entre Argentina y Brasil (SML), y el Banco del Alba. Todos ellos representan valiosas contribuciones, tienen un muy importante papel que desempeñar, y ya se evidencian progresos significativos, como por ejemplo, en el caso del SUCRE en relación con el creciente volumen de transacciones en monedas locales que cubre. De sus trabajos y experiencia acumulada la región tiene mucho de que beneficiarse, resaltándose la necesidad de construir sobre lo ya existente, de mantener su excelencia y credibilidad y un permanente esfuerzo de adaptación y sincronía con las realidades de la región. Se recomendó en este contexto propiciar esfuerzos de monitoreo permanente que permitan un mejor conocimiento de las necesidades y una capacidad de repuesta oportuna.

 

7. Hay, además, una búsqueda de soluciones integrales que combinan las necesidades de financiamiento de producción regional, de uso de moneda local para los intercambios (SML y Convenio de ALADI) o de una unidad de cuenta (sucre) y de garantía de liquidez (Fondo del Sur, bajo consideración en UNASUR).

 

8. De especial relevancia son, en efecto, las tareas del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas de UNASUR, y en particular, aquéllas del Grupo de Trabajo de Integración Financiera, en el seno del cual diversos grupos técnicos examinan opciones sobre los temas más críticos, tales como reservas, sistemas de pago y comercio. De este esfuerzo se han de derivar importantes decisiones en el futuro próximo para orientar los trabajos de la región.

 

9. En este contexto, resultaron de particular interés las propuestas relativas a un Fondo Regional de Contingencia, a un Banco Regional de Desarrollo y a un Espacio Monetario Regional, planteadas por el SELA como elementos prioritarios para el avance hacia una arquitectura monetaria y financiera regional, así como las consideraciones formuladas por otras instituciones regionales participantes respecto de estos grandes campos de acción, en particular aquéllas derivadas del análisis de la experiencia internacional en materia de fondos de reserva; entendiendo que existe una diversidad de opciones, que todos estos mecanismos son útiles y necesarios, y que la crisis, al plantear la necesidad de innovar, también abre la puerta para que los esfuerzos regionales contribuyan a definir la nueva arquitectura monetaria y financiera internacional, oportunidad que debe ser aprovechada constructivamente.

 

10. Al respecto, resaltaron las consideraciones relativas a la necesidad de diseñar políticas y mecanismos que tengan como meta la captación del alto nivel de reservas internacionales de los países de la región (US$ 760 mil millones) colocadas en el mercado internacional de capitales y sujeto a los altos riesgos que prevalecen en el mismo, no sólo en aras de su salvaguarda, sino también para asegurar que se invierta en atender las necesidades del desarrollo de la región.

 

11. Sobre el tema se sugirió la conveniencia de asegurar una cooperación financiera para la convergencia de políticas, particularmente en materia cambiaria, diferenciando entre lo que se puede adelantar vía la cooperación regional, como por ejemplo una unidad de cuenta común, una canasta de monedas regionales, o la emisión de bonos regionales, y lo que pueda abordarse vía la regulación multilateral global, como también para enfrentar con éxito los ataques especulativos cambiarios o sobre los mercados de valores.

 

12. Se apreció que en última instancia el desarrollo de la región va a depender de su capacidad de invertir en sus propias capacidades productivas y, al respecto, se formuló la consideración de que la prelación entre ahorro e inversión puede invertirse y de que corresponde al Estado asegurar que ésta no sólo se genere, sino que se concentre en la producción y el empleo, ya que la banca no está cumpliendo a cabalidad su papel de facilitar la inversión productiva. En buena medida, lo que se adelanta con el propósito de aminorar el impacto de las crisis externas, por importante que sea, no ataca el problema de generar crecimiento.

 

13. Se subrayó así la complejidad del problema y de sus soluciones, que han de ser integrales con tres pilares interrelacionados (banca de desarrollo, fondo de reservas de contingencia, espacio de soberanía monetaria), innovadoras en la canalización del flujo de fondos hacia la economía productiva, considerando a ésta, a su vez, bajo ópticas más ajustadas a la realidad social regional y a las oportunidades que ofrece una gestión sustentable de sus recursos naturales, respetando las diferencias y, por último, urgentes, dados los riesgos que plantea la crisis.

 

14. En términos generales, se apreció que en buena medida los mecanismos técnicos están definidos y que la región debería avanzar ya en el terreno de las decisiones políticas y de su adopción bajo las condiciones apropiadas, rescatándose la cooperación como paradigma en un contexto en el que se dilucida la contienda entre economía real y financiera, tomando en cuenta las distintas formas económicas y comerciales que generan factores de crecimiento.

 

15. La oportunidad de poder tener un foro de debate e intercambio de experiencias sobre estos temas, con amplia cobertura de los Estados de América Latina y el Caribe y sin interferencias extrarregionales, se apreció como muy importante, invitándose al SELA a mantener estos temas bajo seguimiento y análisis en beneficio del proceso de diálogo y concertación que la región se ha propuesto llevar adelante en esta materia, en consonancia con las actividades que desarrolle la CELAC en este campo.

 

16. Con el propósito de evitar la creación de nuevas instituciones y la duplicación de esfuerzos y recursos, algunas delegaciones recomendaron la conveniencia de que la Secretaria Permanente del SELA se convierta en la secretaria técnica de la CELAC.

 

17. En el mismo sentido, algunas delegaciones recomendaron que el SELA actúe como secretaría técnica de la CELAC en la dimensión productiva y económico – comercial.

 

18. Se solicitó hacer llegar las presentes conclusiones y recomendaciones a la Presidencia Pro Témpore de la CELAC, junto con la recomendación de velar por el sustento técnico de las decisiones que se adopten y asegurar su divulgación entre la sociedad civil.

 

19. Las delegaciones agradecieron a la Secretaría Permanente del SELA por la realización del evento e igualmente al Proyecto Repensando Bretton Woods (Center of Concern), y a los organismos internacionales, regionales y subregionales participantes por sus relevantes aportes y contribuciones durante el mismo.