En las zonas rurales de Tungurahua hay casas abandonadas, sin la presencia de niños y jóvenes caminando por las calles, mientras la producción agrícola luce abandonada. La falta de oportunidades laborales y mejores incentivos para los productores son algunas de las razones que han llevado a los jóvenes a emigrar a otras ciudades del país. Aunque la mayoría prefiere ir a Estados Unidos buscando una nueva vida. La directora Distrital del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) en Tungurahua, Ivonne Aguilar, lamentó que el proceso migratorio se haya incrementado en los dos últimos años, en especial de las personas jóvenes que dejan en el campo a los adultos mayores. Carreras vinculadas a agricultura, entre las que pocos quieren estudiar Según las estadísticas del MAG, la producción en el campo ha disminuido en un 8% por la migración. La mayor afectación se registra en Tungurahua, Cotopaxi, Chimborazo y Cañar. Desde la entidad incentivan a jóvenes y a quienes han decidido quedarse en sus tierras a mejorar la calidad en la producción y la modernización.
Uno de los proyectos es la ‘Agricultura Familiar Campesina’, en el que ya han concentrado a 1.290 familias en Tungurahua, quienes son capacitados para mejorar el cultivo y la comercialización de productos. Además existen 300 familias que están migrando de la agricultura tradicional a la orgánica. Una tendencia que preocupa La psicóloga Diana Pico asegura que la tendencia migratoria es preocupante, porque recuerda a la ocurrida en 1999, durante la crisis bancaria, pero con la diferencia de que en ese época los jóvenes o jefes de hogar viajaban solos. “Desde hace tres años la migración se ha dado con toda la familia, dejando a los adultos mayores al cuidado de las viviendas, terrenos o en el extremo de los casos son quienes deben pagar hasta las deudas de quienes han viajado de sus lugares de origen”, sostuvo Pico.