Brasil y Argentina esperan que Venezuela cumpla «lo antes posible» los compromisos del MERCOSUR para reintegrarse plenamente al bloque, afirmó este jueves en Brasilia la canciller argentina Susana Malcorra.

«Cuando haya una adecuación de normas legales internas, leyes, reglamentos, que pongan a Venezuela en pie de igualdad con el resto de los miembros, pasará de nuevo a ser un miembro de pleno derecho. Mientras tanto, está en la situación que está», afirmó la ministra en una rueda de prensa junto a su par brasileño José Serra, al dar parte de la reunión bilateral que acababan de sostener.

Malcorra dijo que no se trata de una suspensión, sino de una «cesación» de la participación de Caracas en el MERCOSUR: «No puedes ser el miembro de un club, tener los derechos de acceso y no cumplir con las obligaciones», ilustró.

«Nuestra expectativa, nuestra esperanza es que Venezuela avance en estos compromisos asumidos lo antes posible», respondió al ser interrogada sobre el carácter reversible de la decisión de los socios fundadores.

Tras la suspensión, Caracas inició los trámites para activar un mecanismo de resolución de controversias, para que se le reconozca la presidencia rotativa. «Nos parece válido», consideró la canciller argentina.

Venezuela -que ingresó al MERCOSUR en 2012- debía asumir la presidencia semestral del grupo a mitad de año, pero los demás países no le reconocen esa función y gobiernan el bloque de forma colegiada.

El traspaso de la presidencia hundió al MERCOSUR en una de sus peores crisis desde su fundación en 1991.

Serra y Malcorra se reunieron en Brasilia para debatir diversos temas de integración bilateral, entre ellos la negociación en curso entre el MERCOSUR y la Unión Europea (UE) para alcanzar un acuerdo de libre comercio.

Con la excepción de Venezuela, los países del bloque latinoamericano intercambiaron en mayo ofertas arancelarias con los europeos.

Malcorra destacó que «la llegada al gobierno del presidente electo Donald Trump en Estados Unidos va a poner un freno al acuerdo entre EEUU y Europa» y que eso significa una «oportunidad para mover la agenda del MERCOSUR lo más rápido posible».