Joe Biden hace malabarismos con la inmigración en Estados Unidos

12 de enero de 2023
Fuente: https://www.france24.com/

El 2023 comienza con un tema espinoso para Joe Biden: la inmigración. Por primera vez desde el inicio de su mandato hace dos años, el presidente estadounidense viajó el domingo 8 de enero a la frontera con México, en la ciudad texana de El Paso, uno de los mayores puntos de entrada de migrantes a Estados Unidos.

Recibido por el gobernador del estado, el conservador Greg Abbott, se reunió con agentes de la policía de fronteras, visitó un centro de acogida de inmigrantes antes de dirigirse al enorme puente que une la ciudad con su gemela mexicana, Juárez. 

Esa misma tarde voló a Ciudad de México para asistir a una cumbre con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Allí, una vez más, la cuestión migratoria estaría en el centro de los debates. 

Antes de este viaje sin precedentes, la Casa Blanca ya había anunciado el jueves nuevas medidas al respecto. Hasta 30.000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela -entre las principales nacionalidades que transitan diariamente por la frontera mexicana- podrán entrar en Estados Unidos cada mes. Sin embargo, tendrán que cumplir varias condiciones. Entre ellas, llegar en avión, "para no aumentar la carga de trabajo de los guardias fronterizos sobre el terreno", según señaló el Ejecutivo; y estar patrocinados económicamente por alguien que ya viva en Estados Unidos.

Estos miles de inmigrantes autorizados podrán permanecer en Estados Unidos durante dos años y recibir un permiso de trabajo. Por otro lado, quienes crucen la frontera ilegalmente serán deportados inmediatamente y se les prohibirá la entrada en el país durante cinco años. 

En paralelo, Washington quiere lanzar una aplicación móvil en la que los migrantes tendrán que registrarse para tener la oportunidad de cruzar la frontera legalmente. Según la Casa Blanca, se trata de una forma de luchar más eficazmente contra el contrabando ilegal. 

"No vengan a la frontera" sin iniciar antes un procedimiento legal, resumió Joe Biden.

Un tema ausente durante dos años

"Tantos movimientos y anuncios demuestran que Joe Biden quiere volver a abordar este tema candente", declaró Jean-Eric Branaa, especialista en Estados Unidos y profesor en la Universidad de París 2 Panthéon-Assas.

Cuando llegó a la Casa Blanca, el presidente demócrata anunció que quería realizar una profunda reforma de la inmigración. "Estados Unidos es más seguro, más fuerte y más próspero con un sistema de inmigración sano y humano que acoge a los inmigrantes y les permite contribuir al progreso de nuestro país", afirmó.

De hecho, el día de su toma de posesión, el 20 de enero de 2021, buscó desmarcarse de su predecesor al suspender la construcción del muro en la frontera con México y levantar la prohibición de entrada a Estados Unidos de nacionales de países mayoritariamente musulmanes, dos medidas clave en el mandato del republicano Donald Trump.

Pero desde entonces, aparte de una orden ejecutiva que aborda la separación de familias en la frontera, el presidente ha guardado mucho silencio sobre el tema, delegándolo, sobre todo, a su vicepresidenta Kamala Harris. "Por una buena razón, éste es sin duda uno de los temas más peligrosos para el presidente: está fuertemente instrumentalizado por sus adversarios del partido republicano y es muy sensible con la opinión pública", explica el especialista. "Y en un contexto marcado por una crisis económica, una inflación galopante y la crisis de Covid-19, prefirió centrarse en cuestiones de política interior”.

El tema se ha vuelto cada vez más delicado debido a que, desde su elección, nunca ha habido tantos migrantes probando suerte en Estados Unidos. Unos 2,15 millones de migrantes ilegales fueron detenidos en la frontera mexicana en 2022, según las estadísticas publicadas en septiembre por la policía fronteriza, frente a los 1,7 millones de 2021. Y el 27% de estas detenciones iban dirigidas a migrantes que ya habían intentado cruzar la frontera varias veces en los doce meses anteriores. Solo en noviembre se registraron 230.000 detenciones.

"Frente a esto, la crisis migratoria fue una de las principales palancas de los republicanos durante la campaña electoral de mitad de mandato. Acusaron regularmente a los demócratas de ser los responsables de la situación. Recordemos a los cargos electos que enviaron convoyes de miles de migrantes a las ciudades demócratas la primavera pasada...", añade Olivier Richomme, especialista en Estados Unidos y profesor de la Universidad de Lyon II.

Un paso guiño a los republicanos "para evitar el bloqueo”

Sin embargo, al salir de su silencio el 5 de enero, Joe Biden ha generado gran inconformidad en su propio partido y en las asociaciones de defensa de los inmigrantes. La razón principal: en contra de sus expectativas, el presidente estadounidense parece optar por mantener el "Título 42". Este decreto, puesto en marcha por Donald Trump al comienzo de la pandemia de Covid-19, permite deportar a los migrantes en la frontera en nombre del riesgo de propagación de la enfermedad, una medida inmediata, que no prevé recurso legal. 

"Para muchos de los que trabajamos en el campo de la inmigración, esperábamos que la administración Biden decretara el fin del Título 42 y la restauración del derecho al asilo. Es una decepción", declaró a ‘The Guardian’ Alex Miller, director de la campaña del Consejo de Inmigración.

"Con estas medidas, el acceso al asilo se limitará a quienes tengan las nacionalidades, los medios y el apoyo adecuados...", añadió. "Y el uso obligatorio de una aplicación móvil corre el riesgo de dificultar aún más el procedimiento para todos los migrantes que no tengan acceso a herramientas digitales o que no hablen inglés o español."

"Es racista y clasista", afirmó ‘United We Dream’, una asociación de jóvenes migrantes. "Mantener en vigor el Título 42 perjudicará a las mismas personas que el Gobierno dice querer proteger". 

"No debemos olvidar que, desde el principio de su presidencia, Joe Biden ha sido sistemáticamente frenado por el Congreso en todas las cuestiones relacionadas con la inmigración", afirma Jean-Eric Branaa. "Por supuesto, 30.000 personas al mes es poco comparado con el número que llega a la frontera cada día, pero ya es un paso en la dirección correcta. Al proponer estas medidas poco entusiastas, Joe Biden está haciendo malabarismos. Da un paso hacia los republicanos y espera sortear los bloqueos".

"Estos anuncios llegan también en un momento en que el Título 42 está en el centro de una batalla legal: el Tribunal Supremo decidió a finales de diciembre aplazar su decisión sobre si mantenerlo o no", añade Olivier Richomme. "Sin embargo, los republicanos argumentan constantemente que un levantamiento repentino de esta medida provocaría una afluencia masiva en las fronteras. Inicialmente, el Título 42 debía suspenderse el 21 de diciembre. La fecha se pospuso ante el recurso presentado por una veintena de Estados conservadores.”

"La única política de Donald Trump fue cerrar las fronteras a la migración. Joe Biden admite que existe una crisis humanitaria. Pero juega con una posición sutil, que pretende decir: 'Sabemos que esta crisis existe y vamos a gestionarla de la forma más razonada posible'", resume el especialista.

Los ‘Dreamers’ en el punto de mira 

Según Jean-Eric Braana, Joe Biden espera hacer flaquear a los republicanos a su favor en otro tema migratorio, el de los ‘Dreamers’, los cientos de miles de niños migrantes nacidos a menudo en Estados Unidos de padres en situación irregular. "Desde la Administración Obama, estos menores, que a menudo solo conocen Estados Unidos y ya no tienen familiares en su país de origen, se han beneficiado de un estatus temporal que les permitía estudiar y trabajar. Joe Biden prometió darles un estatuto permanente y allanarles el camino hacia la ciudadanía", afirma. "Al aceptar optar por una mano dura con la inmigración ilegal, sin duda espera darse un poco más de margen en este tema y poder aprobar al menos un proyecto de ley emblemático en su segundo mandato". 

Por último, este lunes en México, Joe Biden tendrá que trabajar en otro proyecto: reforzar la cooperación con sus vecinos en esta cuestión migratoria. Si México ya ha aceptado recibir a 30.000 personas al mes en sentido contrario, expulsadas de Estados Unidos por encontrarse en situación irregular, la tarea podría seguir siendo difícil.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, decidió ignorar la última Cumbre de las Américas, organizada en Los Ángeles el pasado mes de junio, cuyo objetivo era precisamente armonizar la lucha contra la inmigración ilegal entre Estados Unidos y América Latina. Una decisión que respondía a la determinación de Washington de negarse a invitar a otros tres países importantes en esta cuestión: Cuba, Venezuela y Nicaragua. 

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