COP26, una oportunidad empresarial para América Latina

25 de noviembre de 2021
Fuente: https://www.gia-consultores.com/

Cientos de países y actores del sector privado y la sociedad civil se reúnen una vez al año para discutir y acordar medidas para mitigar el cambio climático y evitar que el planeta aumente su temperatura a más 1.5 grados centígrados. Aunque los esfuerzos para contrarrestar la crisis climática datan del siglo pasado, desde 2009 se han fortalecido los esfuerzos para abordarla desde el campo de las finanzas. Desde la COP15 en Copenhague hasta la COP26 en Glasgow, se ha trabajado en el perfeccionamiento de mecanismos financieros que permita a los países desarrollados, los principales emisores de gases de efecto invernadero, financiar los procesos de transición hacia la reducción de emisiones, la mitigación y resiliencia climática de los países en desarrollo.

Aunque estos acuerdos se han trabajado de manera pausada, los efectos serían de gran importancia para las economías en desarrollo, ya que engloban beneficio para el sector empresarial de estos países. Es por ello, que los acuerdos en las Conferencias de las Partes (COPs) son una oportunidad para que el sector privado latinoamericano acceda a financiación climática y mejore su competitividad ante los mercados internacionales.

Financiación Climática

La alta contribución de combustibles fósiles al cambio climático y al aumento de la temperatura global, ha ocasionado que la agenda internacional en materia climática gire en torno a la neutralización del uso de estos combustibles. Los países desarrollados, cuya contribución al cambio climática es desproporcionada en comparación con los países en vías de desarrollo, mantienen una deuda que deben compensar para cumplir con las responsabilidades adquiridas. Es así, que a través de los años en las COPs se han intensificado las negociaciones relacionadas a la financiación climática, con el objetivo de compensar las emisiones de las grandes economías. En dicho acuerdo se estipulan mecanismos de financiación climática para países que deseen participar de los mercados de carbonos, transferencia de tecnología o desarrollo de innovaciones limpias y sostenibles.

COP26, Financial Alliance for Net Zero Aunque los logros en materia de financiamiento climático han sido lentos, los resultados favorecen tanto a los sectores públicos como privados de los países en desarrollo. A partir de la COP15 en Copenhague (2009), se fortaleció el dialogo y los acuerdos en esta materia. Según el acuerdo, las grandes economías proveerían un monto de $1.2 trillones de dólares, el cual sería desembolsado en tractos anuales de $100 billones de dólares. Aunque el objetivo de entregar estos montos no se cumplió, si se han establecido mecanismos de financiamiento para países en desarrollo. De hecho, en 2010 Naciones unidas creó el Green Climate Fund cuyo portafolio actual consta de 190 proyectos financiados, de los cuales 46 están en Latinoamérica. Dicho fondo provee recursos tanto a países como empresas. Así, el dialogo sobre las finanzas climáticas se ha extendido hasta la COP26 donde sus mejores logros fueron los acuerdos publico-privados donde diferentes gobiernos, empresas e instituciones financieras se han comprometido para reducir la financiación en proyectos relacionados al carbón y a destinar capital para acelerar las transiciones de las empresas y financiar tecnología e innovaciones climáticas como el hidrogeno, transporte y agricultura.

COP26, empresas latinoamericanas

Las iniciativas para el financiamiento climático representan una gran oportunidad para el fortalecimiento del sector privado latinoamericano. Durante seis años los países participantes de las conferencias de las partes han negociado y trabajado en lo estipulado en el articulo 6 del acuerdo de 2015 el cual sienta las bases para diferentes formas de financiación local, nacional o transnacional. Este año en Glasgow, cerca de 200 naciones firmaron el acuerdo para poner en marcha lo estipulado en el artículo 6 del acuerdo de París. Esto permitirá un mayor desarrollo de los mercados internacionales del carbón y los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL).

Los mercados de carbono permitirían que tanto gobiernos como empresas que producen mayores emisiones de las estipuladas paguen a otros actores dentro del acuerdo (empresas o entidad públicas) para que mitiguen o capturen la cantidad equivalente de gases. En este caso, los países Latinoamericanos y sus empresas podrán emitir bonos de carbono que serían adquiridos por países o empresas con grandes emisiones. Esto permitiría que el sector público y privado implementen proyectos sostenibles que mejoren su competitividad mediante financiamiento de distintos tipos, incluso no reembolsable. Asimismo, otro mecanismo útil para el sector empresarial serían los mecanismos de desarrollo limpio (MDL) que garantizan que aquellos países que han establecido compromisos de reducción de emisiones puedan ejecutar proyectos que compensen su huella en países en desarrollo. En dichos proyectos podría participar el sector privado tanto como ejecutor, parte o beneficiario de estos proyectos.

La consolidación de estos mecanismos fortalecerá las finanzas verdes, especialmente dentro del sector empresarial. De hecho, los resultados de las negociación en Glasgow, ya se pueden percibir. El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo ha anunciado la duplicación de la movilización del financiamiento climático para el sector privado para 2025, con el objetivo de contribuir a la transición hacia una economía baja en carbono en sus países de operaciones. Otras instituciones bancarias occidentales también seguirán dicha ruta. Incluso, desde inicios de 2021, se creo Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ), una mega alianza que reúne alrededor de 160 bancos internacionales, administradores y propietarios de activos que han adquirido el compromiso de alinear sus carteras de inversión con los objetivos de alcanzar la carbono neutralidad. Según lo mencionado por el consorcio, este reclutará miembros y ayudará en la transferencia de prácticas de sostenibilidad en diferentes países. Estos esfuerzos en sostenibilidad del sector financiero internacional representan una oportunidad para que las instituciones financieras latinoamericanas amplíen sus redes internacionalmente y obtengan y desarrollen conocimiento sobre la implementación de estándares que contribuyan a que el sector empresarial implemente prácticas de sostenibilidad. De hecho, el desarrollo de las finanzas climáticas y de sostenibilidad presionará y contribuirá a que las empresas implementen con mayor fuerza estándares de gestión ambiental, social y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés). Por lo cual, para que las empresas obtengan beneficios de estas mega tendencias, será importante que inicien los procesos de transformación hacia la sostenibilidad.

Como se puede observar, la sostenibilidad empresarial es una realidad y las finanzas climáticas, así como las mega tendencias internacionales enfocadas en la mitigación del cambio climático presionarán para que se realicen cambios importantes dentro de las empresas. Aunque América Latina no contribuye significativamente al calentamiento global, dichos compromisos presionaran a los países de la región para que adopten las mismas medidas de mitigación en el sector público y privado. Por lo cual, no preparase significaría una problemática a mediano y largo plazo para las empresas. No obstante, los resultados de la COP26 en materia de finanzas presentan a las empresas latinoamericanas la oportunidad para que inicien con sus procesos de transformación sostenible y mejoren su competitividad frente a los mercados internacionales. Es por ello, que el sector privado debe cooperar e incidir en los gobiernos para que la implementación de estas iniciativas de financiamiento se concretice y se puedan utilizar lo más pronto posible.

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