COVID, hambre, pobreza y desigualdad: la combinación mortal que enfrenta América Latina

17 de julio de 2020
Fuente: https://news.un.org/es/

Los latinoamericanos están profundamente preocupados no sólo de contagiarse de coronavirus, sino por sus ingresos, su salud, la violencia doméstica, la falta de alimentos, la discriminación, la educación y el hacinamiento aseguran los expertos en desarrollo de las Naciones Unidas, que piden acciones urgentes para vencer la pandemia y sus consecuencias sobre la pobreza en todas sus dimensiones ahora y en el futuro.

 

Unos 142 millones de personas, casi una cuarta parte de la población de la región de América Latina, están ahora mismo en riesgo de contraer el COVID-19, informó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

El número se basa en los datos de Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford que ha propuesto tres indicadores para capturar el riesgo de contagio en la región: la falta de acceso al agua potable, el uso de combustibles nocivos dentro de los hogares, y la desnutrición.

Actualmente América Latina tiene más de tres millones y medio de casos, siendo Brasil con el mayor número de contagios, seguido por Perú, Chile y México. Brasil ahora es el segundo país del mundo con mayor cantidad de muertes con más de 75.000, mientras que México el cuarto lugar, con más de 36.000.

Una encuesta realizada por el PNUD a un millar de personas en Argentina y los informes de otras 15 oficinas del Programa en diferentes países de la región demuestran que los latinoamericanos además del miedo al contagio están muy preocupados por las consecuencias de las medidas de confinamiento.

Las principales preocupaciones de los latinoamericanos

Ingresos:

12 de 16 países nombraron la caída de los ingresos entre las principales preocupaciones; 10 nombraron la caída de los ingresos como su principal preocupación

Salud:

Ocho de los 16 países mencionaron los problemas relacionados con la salud, como el acceso a medicamentos y servicios de salud, entre las principales preocupaciones

Violencia doméstica:

Seis de los 16 países mencionaron la violencia doméstica entre las principales preocupaciones, impulsada por los altos niveles de abuso de alcohol y drogas en las zonas pobres

Suministros de alimentos:

Cinco países mencionaron el acceso a los alimentos entre las principales preocupaciones

Discriminación:

Cinco países mencionaron la discriminación o exclusión de minorías, migrantes o miembros de la comunidad LGBTIQ como una de las principales preocupaciones

Hacinamiento:

Cinco países nombrados mencionaron el hacinamiento entre las principales preocupaciones

Educación:

El informe en profundidad para Argentina descubrió que el acceso limitado a la educación en línea y el fracaso del gobierno para proporcionar folletos impresos a todos los niños habían interrumpido gravemente el aprendizaje, lo que probablemente aumentó el riesgo de que los estudiantes abandonen la escuela para siempre.

Una amenaza contra los avances de la pobreza y el desarrollo en todas sus dimensiones

El Programa advirtió este jueves que, aunque datos recogidos entre 2000 y 2019 muestra que muchos países han logrado reducir de manera significativa sus niveles de pobreza multidimensional, la pandemia amenaza con retroceder más de una década de avances.

El Índice de Pobreza Multidimensional, que también se realiza en conjunto con la Iniciativa de Oxford, es un instrumento de medición que analiza otros indicadores además de los ingresos e incluye aspectos como el acceso al agua potable, la educación, la electricidad, los alimentos y otros seis indicadores más.

Sierra Leona presentó el progreso más rápido en la reducción del valor global de su índice. Este es uno de los siete países subsaharianos que más rápido están avanzando, junto con Côte D’Ivoire, Guinea, Liberia, Mauritania, Rwanda, y Santo Tomé y Príncipe.

India es el país en el que más personas salieron de la pobreza multidimensional, unos 270 millones entre 2005-2006 y 2015/-016. En China, 70 millones de personas dejaron la pobreza multidimensional entre 2010 y 2014. Y en Bangladesh, fueron 19 millones entre 2014 y 2019.

“La COVID-19 está teniendo profundas consecuencias en el panorama del desarrollo. Pero estos datos, de antes de la pandemia, son un mensaje de esperanza. Las historias de éxito anteriores sobre la forma de abordar las múltiples formas en que las personas experimentan la pobreza en sus vidas cotidianas pueden enseñarnos a reconstruir mejor y a mejorar las vidas de millones”, dice Sabina Alkire, directora de la iniciativa en la Universidad de Oxford.

Las medidas que necesita América Latina

América Latina está luchando por contener las crecientes infecciones por COVID-19 mientras enfrenta una recesión casi cierta y los impactos relacionados, pero las políticas que priorizan a las personas pobres y vulnerables pueden ayudar a mitigar la pobreza y la desigualdad ya extremas de la región, asegura otro estudio del PNUD.

Antes de la pandemia, el Fondo Monetario Internacional proyectó solo un 1,6% de crecimiento económico para la región en 2020, con recesiones en varios países. En abril, proyectó una contracción del 5,2%, con casi todos los países en recesión. Las naciones caribeñas dependientes del turismo podrían ver una caída del PIB entre el 5 y el 10%, empeorando la pobreza crónica, la desigualdad y la inseguridad de la región.

La acción es urgente en múltiples áreas relacionadas explica el programa: el frente epidemiológico, sanitario y de saneamiento; el frente económico mercados laborales; y protección social.

En el estado actual de emergencia, los gobiernos deben priorizar campañas transparentes de información pública, planificar estrategias que involucren a grupos marginados en áreas urbanas y comunidades indígenas, garantizar el acceso a agua limpia, jabón, alimentos, ingresos y otros artículos esenciales, garantizar la conectividad a internet, usar espacios diferentes a los hospitales para aislar a los pacientes con COVID-19, y diseñar estrategias para mover pacientes de manera segura entre las instalaciones médicas.

Más adelante, los gobiernos deberían proporcionar pruebas gratuitas de COVID-19 a los grupos más pobres y vulnerables, seguir abriendo nuevos centros de aislamiento, garantizar el acceso al agua potable, garantizar que los grupos marginados posean dispositivos que les permitan rastrear, ampliar la inclusión financiera digital, proteger los medios de vida y proporcionar transferencias monetarias a los pobres.

También deben diseñar programas de empleo temporal, distribución directa de alimentos seguros, implementar recortes de impuestos o aplazamientos, evitar recortes de servicios básicos como agua, electricidad y wifi, mitigar la violencia doméstica, mantener la educación y garantizar el acceso a la salud y la medicación más allá COVID-19, recalca el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.