Lograr que las economías sean más resilientes ante situaciones de contracción

22 de mayo de 2020
Fuente: https://blog-dialogoafondo.imf.org/

 

La pandemia de COVID-19 dicta el ritmo del mundo, y el “ Gran confinamiento ” ha llevado a muchos países a recesiones peores que las registradas durante la crisis financiera mundial de 2008–09. En respuesta, los gobiernos y los bancos centrales de todo el mundo ejecutaron importantes medidas discrecionales (específicas y por única vez) para contrarrestar las consecuencias económicas del avance del coronavirus. Los estabilizadores automáticos existentes (como los impuestos basados en la renta, las prestaciones por desempleo y los subsidios a los hogares), que difieren entre países, en general se utilizaron libremente y lograron ofrecer un poco más de amortiguación.

Sin embargo, con las tasas de interés en niveles bajos sin precedentes y la deuda pública de muchos países en niveles históricamente altos, ¿cuál es la mejor forma para las economías avanzadas de prepararse para nuevas situaciones de contracción y contrarrestarlas? El análisis que se presenta en la edición reciente del informe Perspectivas de la economía mundial (informe WEO, por sus siglas en inglés), que terminó de elaborarse antes de la pandemia, explora cómo las economías avanzadas podrían desarrollar mayor resiliencia a shocks negativos en situaciones de esa naturaleza. Se concluye que un estímulo fiscal basado en reglas —que se active automáticamente ante un deterioro de los indicadores macroeconómicos— puede ser muy eficaz para contrarrestar una fase de contracción en tales condiciones.

Un papel más importante para la política fiscal

Como las tasas de interés se ubican en cero o casi cero en las economías avanzadas, no hay mucho margen para nuevos recortes de tasas convencionales. Aun así, los bancos centrales podrían hacer un uso más intensivo de herramientas de política monetaria no convencionales —como las compras de activos a gran escala— para brindar asistencia adicional, como lo han hecho recientemente en respuesta a la pandemia. Sin embargo, recurrir exclusivamente a la política monetaria para responder a los shocks podría no ser suficiente y, además, plantea dudas acerca de los efectos secundarios sobre la estabilidad financiera a futuro y acarrea amenazas para la independencia del banco central.

Sin dejar de prestar atención a las inquietudes relacionadas con la sostenibilidad de la deuda a largo plazo, es necesario que la política fiscal cumpla un papel más relevante. En las economías avanzadas, establecer mecanismos más automáticos de respuesta fiscal podría contribuir a desarrollar una mayor resiliencia a shocks adversos futuros. Si las reglas del estímulo fiscal se comunican adecuadamente y se definen antes de que se produzcan los shocks, pueden ayudar a dar forma a las expectativas y reducir la incertidumbre, lo que permite atenuar la caída de la actividad en caso de que se materialice un shock negativo.

Un argumento a favor de más estímulos fiscales automáticos

Nuestro estudio muestra que las medidas de estímulo fiscal basadas en reglas —como las transferencias monetarias de carácter temporal dirigidas a hogares de bajo ingreso con restricciones de liquidez que se activen cuando la tasa de desempleo supera un nivel determinado— podrían ser muy eficaces para contrarrestar una contracción de la economía provocada por una reducción de la demanda típica. Aunque estas medidas de estímulo serían automáticas, son muy distintas de los estabilizadores automáticos tradicionales, que responden a las circunstancias de una persona (por ejemplo, un despido, en el caso de los seguros de desempleo, o una disminución de los ingresos, en el caso de los impuestos progresivos sobre la renta). El estímulo fiscal basado en reglas es especialmente eficaz si las tasas de interés están en su límite inferior efectivo (es decir, si ya no pueden recortarse) y la política fiscal discrecional actúa con un prolongado rezado. Además, el estímulo fiscal aplicado tras shocks de demanda tiende a ser especialmente útil si la economía tiene recursos ociosos y si la política monetaria es acomodaticia.

Cuando la demanda se reduce repentinamente, la caída del producto y el aumento de los coeficientes de endeudamiento son menores si se aplica un estímulo fiscal basado en reglas para apuntalar la economía. De hecho, los resultados de nuestros análisis sugieren que, cuando se adoptan medidas de estímulo fiscal basadas en reglas, es posible contrarrestar la desaceleración económica casi con la misma eficacia que cuando la política monetaria puede operar a plena capacidad.

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