En un comunicado, el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, por su sigla en inglés) precisó que la suspensión de importaciones "seguirá en vigor hasta que el Ministerio de Agricultura de Brasil tome medidas correctivas" que el Gobierno estadounidense considere "satisfactorias".

Mafia de productores. La decisión estadounidense se deriva de una serie de controles al que el Departamento de Agricultura comenzó a someter esas importaciones a partir de marzo, cuando se destapó en Brasil una mafia de productores que sobornaba a fiscales sanitarios para vender carnes en mal estado o adulteradas.

Según la policía brasileña, algunas procesadoras, entre ellas plantas vinculadas a las gigantescas exportadoras JBS y BRF, contaban con la complicidad de fiscales sanitarios corruptos para "maquillar" con productos químicos carnes que estaban en mal estado y no cumplían con los requisitos para el consumo.

A raíz del escándalo, llamado de la "carne débil", varios países, incluyendo miembros de la Unión Europea y luego Japón, restringieron las importaciones de Brasil, mientras que Estados Unidos decidió realizar pruebas sobre todos los productos del sector que ingresaban procedentes de esa nación sudamericana. El 11% de los productos de carne fresca testeados no pasaron las pruebas, en comparación con un 1 por ciento de los productos procedentes del resto del mundo, según informaron las autoridades estadounidenses.