Con la reducción de las barreras comerciales, un sistema más sólido de comercio mundial contribuirá a erradicar la pobreza extrema

01 de julio de 2015
Fuente: Tomado de la Web del Banco Mundial
Ginebra, 1 de julio de 2015.- Según un informe conjunto del Grupo Banco Mundial (GBM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) hecho público ayer, la erradicación de la pobreza extrema precisa de un esfuerzo mayor y más sostenido que intensifique la integración de los países en desarrollo en el sistema de comercio mundial mediante la reducción de los costos comerciales y de las barreras entre países.

El informe, titulado The Role of Trade in Ending Poverty (El rol del comercio en la erradicación de la pobreza), destaca que el comercio es un factor clave para el crecimiento de los países en desarrollo, aunque también señala que habrá que complementar los esfuerzos de reducción de las barreras comerciales con otras iniciativas que maximicen los beneficios para los pobres, de forma que se garantice que esos beneficios lleguen efectivamente a la población más pobre y vulnerable del mundo.

“El comercio desempeña una función esencial en la generación de empleo y como motor del crecimiento impulsado por el sector privado, además de contribuir poderosamente a la reducción de la pobreza y al aumento de los ingresos”, declaró Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. “Sin embargo, no debemos limitarnos a la expansión del comercio. Tenemos que construir carreteras que comuniquen a los agricultores con los mercados, así como empoderar a las mujeres para que sean partícipes de pleno derecho en el mercado laboral. Tenemos que poner en contacto en todo momento a los más pobres con las oportunidades comerciales”.

“El comercio ha demostrado ser un instrumento fundamental en la lucha contra la pobreza al respaldar el crecimiento y el desarrollo en todo el mundo. El informe se configura como un plan para dar relieve a esta función, de forma que el comercio pueda hacer aún más para mejorar las vidas de los más pobres y vulnerables”, manifestó Roberto Azevêdo, director general de la Organización Mundial del Comercio. “La adecuada combinación de apoyo técnico y políticas internas puede marcar en este sentido una gran diferencia. Al ayudar a los pobres a ayudarse a sí mismos, podemos garantizar mejor que los países en desarrollo participan de forma más activa en el sistema de comercio mundial y cosechan los beneficios que el comercio ha proporcionado a tantas personas en los últimos años”.

El Dr. Kim y el director general Azevêdo han presentado hoy el informe en el Quinto Examen Global de la Ayuda para el Comercio, que se celebra del 30 de junio al 2 de julio de 2015 en Ginebra, Suiza.

Desde 1990, mil millones de personas han salido de la pobreza. El comercio ha desempeñado una función esencial, ayudando a incrementar el crecimiento en los países en desarrollo. A fin de aprovechar aún más las posibilidades que el comercio ofrece para ayudar a los aproximadamente mil millones de personas que aún siguen viviendo con US$1,25 al día, se requiere un esfuerzo sostenido para abordar las principales dificultades que impiden que los pobres se beneficien de mayores ventajas económicas.

Entre las estrategias clave para hacer extensivos los beneficios del comercio a los pobres figuran la reducción de los costos comerciales por medio de, entre otros, el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC, así como de políticas que hagan más accesibles los mercados a los pobres, especialmente a los que viven en zonas rurales y áreas afectadas por conflictos, facilitando así que puedan aprovechar las oportunidades que ofrece el comercio.

En el informe se destacan tres mensajes principales:

1) Para erradicar la pobreza es esencial un esfuerzo sostenido que intensifique la integración económica y reduzca aún más los costos comerciales. Además, se precisará para ello un fuerte crecimiento en los países en desarrollo, y el comercio es un factor clave para el crecimiento que facilita las oportunidades de empleo nuevo y mejor para los pobres. Todavía quedan cosas por hacer, a pesar de los muchos avances realizados en la reducción de los costos comerciales y en la integración de los países de ingreso bajo en la economía mundial.

2) La reducción de los obstáculos arancelarios y no arancelarios entre países es un elemento esencial de este programa pero, para que la población extremadamente pobre llegue a beneficiarse del comercio, esa medida ha de formar parte de un planteamiento más amplio en el que se reconozcan las limitaciones específicas a las que se enfrenta esa población y, según muchos, su desconexión de los mercados. Esto incluye las dificultades a las que se enfrentan las mujeres, los pobres del mundo rural, quienes trabajan en la economía informal y los que viven en Estados frágiles y afectados por conflictos. Para que el comercio tenga el máximo efecto y contribuya de la forma más productiva a erradicar la pobreza, la política comercial debe complementarse con otras áreas políticas. Ello entraña una cooperación más estrecha entre sectores, organismos públicos y una variedad más amplia de partes interesadas.

3) La OMC y el GBM han aportado contribuciones sustanciales al comercio y a la reducción de la pobreza. No obstante, todavía es mucho lo que falta por hacer para acabar con ella, y ambas instituciones y otros asociados no deben dejar de examinar sus actividades en ese sentido para asegurarse de que se adaptan de la forma más efectiva a un mundo en rápida transformación.

Durante las reuniones del Examen Global, las dos instituciones anunciaron un esfuerzo para remediar las lagunas de información en materia de comercio y pobreza mediante el establecimiento de mejores indicadores para el seguimiento de los costos comerciales que más afectan a los pobres. El Dr. Kim y el Emb. Azevêdo también anunciaron que la iniciativa de Ayuda para el Comercio, coordinada por la OMC, en el futuro se centrará más en incrementar las oportunidades de que los más pobres se beneficien del comercio. El Examen Global de la Ayuda para el Comercio se celebra cada dos años y permite hacer un seguimiento de la medida de los progresos realizados.