Protección social en Latinoamérica, necesidad de revertir problemas

26 de junio de 2014
Fuente: Publicado por la Agencia Prensa Latina, vía Google Noticias
Santo Domingo, 26 de junio de 2014 (PL).- El mejoramiento de la calidad de los servicios públicos y el aumento de las oportunidades de buen desarrollo para poblaciones vulnerables representan desafíos en la aplicación de políticas de protección social en América Latina.

A juicio de los participantes locales y foráneos en un foro sobre ese tema, celebrado en un hotel capitalino de República Dominicana los pasados 17 y 18 de junio, resulta necesario superar la baja cobertura de la seguridad social.

Ese último problema, consideraron los ponentes, está estrechamente relacionado con los elevados niveles de informalidad laboral de gran parte de las economías de la región.

Para transformar la actual situación, los esfuerzos deben dirigirse también a atender de forma correcta la primera infancia y llevar adelante programas de apoyo económico y socioeducativo.

Debido a las múltiples razones que provocan la pobreza y demás males de la sociedad, las políticas para su atención demandan un abordaje integral, ratificaron los expertos.

En opinión de los especialistas, se requiere definir el rumbo estratégico y realizar una planificación conjunta de los programas e intervenciones intersectoriales.

Según la vicepresidenta dominicana, Margarita Cedeño, el ejercicio del poder político desde un enfoque ético y moral tiene como fin primordial crear las condiciones de bienestar que aseguren a las personas sus derechos fundamentales y la equidad social.

Al intervenir en la apertura del evento, la vicemandataria subrayó que enfrentar la pobreza como ausencia de recursos y limitaciones en la satisfacción de necesidades esenciales sigue siendo el gran reto de muchos países.

Recordó que Latinoamérica es la región más desigual del mundo, y se refirió a problemas como el inestable crecimiento económico, la insuficiente generación de empleos, el aumento de la informalidad y la creación de nuevas brechas, entre otros.

Para Cedeño, romper el círculo vicioso de la pobreza requiere ir más allá de políticas de caridad; implica acabar con la indigencia a través de la creación de capital humano y social, y de desarrollo económico equitativo.

Consideró que la política social debe operar bajo un esquema de red destinada a proteger a todos los ciudadanos de caer en situaciones de vulnerabilidad y a garantizar servicios universales de calidad.

Por otra parte, Cedeño destacó que el programa dominicano Progresando con Solidaridad está creando capital humano y social, y ciudadanía, al poner en manos de sus participantes las herramientas de construir el camino propio hacia el éxito y el desarrollo personal.

Agregó que este foro constituye el inicio del aporte de Dominicana a la integración social regional, la cual debe estar dirigida a promover un área geográfica de mayor igualdad.

El desarrollo económico, puntualizó, debe servir al desarrollo humano y crear sociedades con una mejor calidad de vida y bienestar para sus ciudadanos.

Latinoamérica, recalcó la vicepresidenta, está en un momento importante de su historia y conoce la capacidad particular de producir bienestar y abundancia.

Ana Hazel, titular de la Secretaría de Integración Social Centroamericana, valoró los esfuerzos de los países latinoamericanos para construir sociedades más justas y equitativas, y resaltó la importancia de la unidad entre todos.

La viceministra de Desarrollo Humano e Inclusión Social de Costa Rica, Ana Josefina Güell, precisó que en su país se evidenciaron heterogéneos niveles de éxito en las políticas diseñadas para la superación de la pobreza.

Desde finales de la década de los 50 y hasta los primeros años de los 90 del siglo anterior se logró una importante reducción del problema, pero desde 1994 ha prevalecido un estancamiento en la solución, apuntó.

Güell mencionó diferentes desafíos institucionales para la promoción de una política social y económica más articulada, entre ellos el impulso de procesos que culminen con alternativas de trabajo y educación, y procesos de empoderamiento.

Tenemos que pasar de la visión reduccionista de la pobreza a un enfoque multidimensional, y del asistencialismo a la protección social, enfatizó.

Avanzar hacia la universalidad de la seguridad social y de sus beneficios ha encontrado los mayores obstáculos en la restricción de recursos y la carencia de pactos, opinó Hugo Beteta, director de la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en México.

Debe repensarse la dinámica del mercado laboral subyacente, pues el desarrollo histórico se vincula con la legislación laboral, y de las regulaciones de las condiciones de trabajo y los despidos, las negociaciones colectivas, y las políticas de capacitación y educación, sugirió.

El gran desafío, estimó Beteta, es replantear la protección social en el contexto de una solidaridad integral, en la cual se combinen mecanismos contributivos y no contributivos.

La integración se debe dar alrededor de las necesidades de las personas, expuso Simone Cecchini, oficial de la División de Desarrollo Social de la CEPAL.

De acuerdo con su criterio, la oferta de políticas y programas debe organizarse en aras de responder a las diferentes demandas que surgen de las familias, los individuos y las comunidades.

Resulta crucial tener en cuenta las diferentes dimensiones si queremos dejar atrás la tradicional segmentación y descoordinación de las políticas de protección social en nuestros países, sostuvo.

El camino hacia la riqueza y el fin de la pobreza está en darle prioridad a la formación de capacidades de las personas y la creación de las condiciones para su uso, subrayó el representante residente auxiliar y economista jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en El Salvador, William Pleitez.