Presidente de Colombia: La Alianza del Pacífico quiere funcionar como una sola economía

07 de abril de 2014
Fuente: Publicado por LaRepublica.co, Colombia
Bogotá, 7 de abril.- La Alianza del Pacífico (AP), el proceso de paz, una posible integración energética y las elecciones presidenciales fueron los temas que sedujeron a seis de los directores de la Red Iberoamericana de Periodismo Económico (Ripe) en su encuentro con el presidente Juan Manuel Santos.

Fernando González, del Cronista (Argentina); Julio Lira, de Gestión (Perú); Enrique Rodríguez, de 5Días (Paraguay); Vera Brandimarte, de Valor Económico (Brasil); Roberto Sapag, de Diario Financiero (Chile); y Fernando Quijano, director de LR, sostuvieron una conversación de una hora con el Mandatario, a puerta cerrada, antes de la entrega del premio del Empresario del Año.

¿Cuál es el mayor desafío si llega a ser reelecto?

El desafío mayor es ponerle fin a un conflicto que lleva desangrando este país desde hace 50 años. Se calcula que acabar con el conflicto podría significar entre 1,5% y 2% de crecimiento adicional de por vida. El crecimiento natural de 4,5%, eso nos subiría a 6%.

Por otro lado, hay que acabar de ejecutar las obras de infraestructura más grandes de toda nuestra historia, las carreteras y autopistas que conectarán realmente el país. El cálculo de los expertos y economistas sobre el impacto de esas obras en el crecimiento del país, mientras están ejecutándose en 6 años, sería de 1,5%, pero a partir de ese momento el aumento en la productividad genera un aumento de 0,7% y 1%.

Eso nos aumentaría a 7% el crecimiento sostenible. Por supuesto tenemos muchos problemas a resolver en lo social.

¿Qué futuro le ve a la Alianza del Pacífico más allá del comercial?

El Financial Times publica una gran separata sobre la Alianza del Pacífico y dice cómo es la niña consentida del barrio y del mundo. Nosotros debemos fortalecernos entre los cuatro países para generar cadenas de producción que nos permitan ser más competitivos y actuar como la novena economía más grande del mundo frente a terceros.

Tenemos una visión compartida entre nuestro modelo de desarrollo, la inversión privada, el mercado. Tenemos comunes denominadores que nos han permitido en estos dos años y medio avanzar muy rápido.

Lo importante es ir profundizando más y más para que podamos funcionar como una sola economía y no como cuatro.

Entre los cuatro países hay mucho proteccionismo, ¿cómo afrontarlo para que la AP, que nació para liberalizar el comercio, se refleje en la realidad?

Nosotros bajamos 92% de los productos a cero arancel, eso no tiene precedentes. El 8% que queda ya tiene unos cronogramas acordados para llegar a 100% para la liberalización total.

La sensibilidad de algunos países exigió estos tiempos, pero no son muy largos comparados con otros acuerdos. Simultáneamente estamos avanzando en integrarnos financieramente con el libre flujo de capitales, así como personas (en temas de visado y con títulos universitarios) y estamos dándole mucha participación y atendiendo mucho el clamor del sector privado, para que se le facilite encadenarse.

Esto va a ayudar muchísimo para ir destrabando obstáculos que impiden una integración más profunda.

Colombia está tratando de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) ¿cómo ve este proceso, ha estado monitoreando experiencias, por ejemplo la de Chile?

Hemos estado monitoreando el proceso de Chile. Nos pusimos a la tarea de tener una invitación rápida y logramos la más ágil de la historia.

Ya estamos formalmente invitados, pertenecemos a varios de los comités y estamos haciendo una labor completa de ir llenando prerrequisitos para tener las condiciones idóneas para lograr ser miembro formal. Requiere una serie de cambios estructurales.

¿Cómo analiza los efectos de la desaceleración de China y el crecimiento de Estados Unidos, que puede llevarse los inversionistas a sus mercados naturales?

China, lógicamente, tiene un efecto en nuestro crecimiento porque afecta el precio de las materias primas que exportamos. China juega un papel muy importante en el crecimiento mundial, pero no tenemos una dependencia directa de lo que sucede allí, nunca tanto como Chile o Perú.

En cambio el crecimiento de Estados Unidos (EE.UU.) nos afecta directamente no porque tengamos una dependencia, pero sí una relación muy estrecha e importante. Tenemos un acuerdo de libre comercio con EE.UU. que apenas empezamos a aprovechar y el efecto del retorno de los capitales de los emergentes a sus nidos tradicionales (Nueva York, Londres) no nos ha afectado. Curiosamente en The Wall Street Journal publicaron hace unos días un artículo en el que se mencionaba este retorno de los capitales, salvo de Colombia.

¿Por qué no hemos logrado la paz? ¿Cómo se puede explicar esta situación a los países de la Región?

Los grupos guerrilleros que tenemos, que son muy viejos, las Farc y el ELN han encontrado en Colombia una fuente de financiación como es el narcotráfico.

La geografía colombiana es ideal para cualquier guerrilla. En cierta forma esta gente siempre pensó que aquí podrían darse las condiciones para una insurrección. Hace unos ocho años el país decidió confrontarlos de verdad, militarmente, y poco a poco fuimos debilitándolos hasta tal punto que por la vía armada no iban a llegar al poder; pero no se negocia de un día para otro un acuerdo con ellos.

¿Cómo está el acuerdo en este momento?

Creo que las condiciones que yo encontré estaban dadas para el siguiente paso y para ellos también.

Si ustedes me preguntan si hoy soy más optimista que hace un año o dos, sobre la posibilidad de un acuerdo, yo diría que sí, que hay voluntad, aunque es complejo.

El proceso mismo está lleno de contradicciones, algunas impuestas por nosotros mismos. En mi gobierno no se acepta un cese al fuego hasta que firmemos, eso tiene razones históricas, de conveniencia.

¿Qué posibilidades tienen los países que no son del Pacífico, como Argentina, de poder interactuar y entrar en esa dinámica?

Tenemos muy claro que no somos un grupo excluyente. Queremos fortalecerlo cada vez más. Tenemos 23 países observadores, entre ellos EE.UU., Canadá, Alemania, y en la medida en que podamos tener vasos comunicantes con las economías que lo deseen, lo hacemos.

¿Qué posibilidad hay de una mayor integración energética de América Latina?

Es urgente y necesario. Es uno de los propósitos más apremiantes que tenemos. Estamos negociando con Perú y Chile. Nosotros tenemos excedentes en energía para, por ejemplo, el norte de Chile. Hemos avanzado bastante en ellas. Es uno de los temas que tenemos que concretar rápidamente como parte de la integración profunda.

¿Es solo un plan de la AP?

No, también de América Latina. Nosotros estamos interesados en conectarnos energéticamente hacia el norte, incluso, hasta México.

¿Qué características tiene esa integración?

Nosotros tenemos una composición energética muy saludable. 70% es hidráulica, limpia y barata. Si podemos vender los excedentes de energía a Chile todos ganamos y gana Perú al que le pagaríamos algo por la transmisión.

¿Qué objetivo estratégico le ve a los inversionistas puedan quedarse con Isagen?

El hecho de tener una participación en una generadora de energía dentro de este plan de integración tiene todo el sentido.

En el caso del Gobierno colombiano, la intención de vender esa participación obedece a una regla muy sencilla: el retorno económico y social de esos recursos que están atrapados en esa empresa es mucho más alto en otros sectores, que manteniéndolos en esa compañía.

¿Quien se quede con Isagen está obligado a hacer una integración importante con la AP que usted ha trazado en la hoja de ruta?

Está obligado a ser jugador porque va a pertenecer a un engranaje muy importante para la integración energética.

Cuanto más crecen los países más desiguales son y hay más protestas…¿cómo analiza este tema?

Hemos sacado, 2,5 millones de personas de la pobreza a la clase media. La última genera expectativas y demandas crecientes, lo que genera este fenómeno.

Uno de los grandes retos de América Latina es cómo canalizar las protestas crecientes.

¿Los periodistas conspiran contra el poder?

En mi caso, como conozco ‘el teje maneje’ periodístico, soy mucho más tolerante. Sé cuando se equivocan de buena fe y de mala fe. En el segundo se generan más niveles de irritación, pero sí es importante saber que la crítica es una ducha de agua fría que hace que los gobernantes tengan un polo a tierra.

La mejor definición de un periodista es el perro guardián de la sociedad, si va bien se queda dormido y solo bate la cola, si está mal, actúa. Los periodistas por eso tienen la tendencia a enfocarse en la crítica de lo que no está funcionando.