Brasil y Cuba, un paso en la nueva integración de América Latina

10 de febrero de 2014
Fuente: Publicado por Publico.es, España
La Habana, 10 de febrero.- Cuba inauguró el puerto de Mariel y la terminal de contenedores más moderna de la región. Ocurrió durante la visita de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, poco antes de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Fueron empresas brasileñas las que realizaron la obrade ingeniería y Brasilia también financió los casi 1000 millones de dólares que costó. Pero Mariel es sólo la punta del iceberg en unas relaciones bilaterales que podrían estar marcando el camino de la integración regional.

El puerto tiene capacidad para recibir los barcos super-post-panamá, de 200 mil toneladas. La terminal puede mover casi un millón de contenedores al año y será administrada por una empresa de Singapur, puntera del sector. El escaso calado de la bahía de La Habana obligaba a Cuba a pagar decenas de millones de dólares para que otros puertos recibieran sus contenedores y los almacenaran en espera de que barcos cubanos llegaran a recogerlos. Hoy no sólo se ahorrará intermediarios sino que además podrá vender ese mismo servicio a otras islas del Caribe.

Brasil no corre ningún riesgo de un impago del crédito porque acaba de contratar los servicios de 11 mil médicos cubanos que trabajarán en las zonas más pobres y apartadas del gigante sudamericano. Se instalarán en unos 700 municipios que no han tenido un galeno en toda su historia y reforzarán otros lugares donde el número es insuficiente. Por esos servicios el Estado cubano recibirá alrededor de 500 millones de dólares al año. Si restamos los 200 millones de los salarios de los médicos, en cuatro años La Habana podría pagar el crédito del puerto de Mariel.

Este intercambio Sur-Sur le permite a Brasil aumentar el financiamiento, la presidenta Dilma anunció que se había aprobado otro crédito por 290 millones para continuar los trabajos de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel. Ya se construye una autopista y una vía férrea para saltar los 50km que separan a esa zona de La Habana. Será una especie de Hong Kong tropical de 450 km2 que concentrará un importante número de empresas extranjeras, muchas de ellas laboratorios brasileños. De hecho, en los primeros días de febrero se firmó un acuerdo bilateral para iniciar la producción de medicinas cubanas y genéricas destinadas a Brasil.

Agricultura cubana a ritmo de samba

En la agricultura, los especialistas brasileños colaboran en la creación de plantaciones de soja y de otros granos. Pero lo más importante es que Cuba le cedió a una empresa de Brasil, la Odebrecht, la administración de un central azucarero. Es la primera vez, tras las nacionalizaciones de 1960, que extranjeros se hacen cargo de una fábrica de azúcar, aunque la propiedad sigue siendo enteramente nacional. El subdirector cubano, Rico Ramírez, explicó a la prensa que "obtendremos acceso a la tecnología más avanzada en el mundo en materia azucarera y disponemos ya de un crédito de 120 millones de dólares para las fuertes inversiones que aquí van a ocurrir, otorgado por el Banco de Desarrollo de Brasil".

Para evitar los obstáculos burocráticos que caracterizan a la administración pública en Cuba, "existe una cláusula en el contrato que entrega a los extranjeros autonomía de gestión e impide interferencias en la administración", explica Rico. Otros directivos cubanos apuestan a que con esta combinación de recursos (tecnología, conocimiento y autonomía) se pueda triplicar la producción del Central 5 de Septiembre, ubicado en la provincia de Cienfuegos, elevándola a 140.000 toneladas de azúcar.

Pero no todo será azúcar, el subdirector informó que "25 millones de dólares del crédito serán destinados a la transformación del modo en que genera este central y su conexión al sistema electroenergético nacional, al cual le llegaremos a aportar más de 160 Megawatts al día, casi tanto como una de las plantas de la termoeléctrica de Cienfuegos". Con este sistema se reducen sustancialmente los costos, el ingenio azucarero se transforma de alto consumidor en un productor de energía.

Mientras La CELAC aún carece de mecanismos que le permitan proyectarse más allá de la intención política, los países de la región aceleran la integración y la cooperación.

Venezuela intercambia petróleo por alimentos y entrega combustible a crédito a las islas del Caribe, Argentina vuelca su tecnología para la producción agrícola, Uruguay ofrece su puerto a Bolivia y asesora a México en planes para la educación primaria. Con créditos para el desarrollo, las empresas brasileñas trabajan en casi todos los países de la región, mientras 25 mil médicos cubanos recorren el continente llevando la atención de salud a latinoamericanos que nunca la habían tenido. Por primera vez en América Latina, las soluciones se adelantan a la diplomacia.