El proceso de expansión de las clases medias no se ha detenido”

05 de febrero de 2014
Fuente: ElPeriodico.com.gt, Guatemala
Ciudad de Guatemala, 5 de febrero.- El director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL, Juan Alberto Fuentes Knight, apunta hacia políticas fiscales y monetarias para reducir la pobreza y brechas sociales.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó la estimación de crecimiento para Latinoamérica, ¿cuáles son los factores que inciden en un escenario menos optimista para la región?

– En realidad, el recorte de la proyección de crecimiento para América Latina por parte del FMI fue bastante modesto, reduciéndolo desde un 3.1 por ciento en octubre a un 3 por ciento ahora en enero. Ello se explica principalmente porque el FMI redujo su proyección para Brasil desde un 2.5 a un 2.3 por ciento. La CEPAL, en su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2013 proyecta un crecimiento de 3.2 por ciento en 2014, luego del 2.6 por ciento exhibido en 2013. Ello se debe a las mayores perspectivas de crecimiento en EE. UU., tendencia que ha seguido consolidándose desde mediados del 2013, y la progresiva, si bien lenta, superación de la recesión en la zona euro. Todos estos factores contribuirán a cierta recuperación en la demanda por exportaciones desde nuestra región.

¿Considera que se estancó el proceso de expansión de las clases medias, y cuáles son los efectos que podría tener en el desarrollo de los países latinoamericanos?

– Es un tanto prematuro afirmar eso. La región sigue creciendo, el empleo sigue aumentando, las mujeres continúan incorporándose al mercado de trabajo, y si bien las brechas de ingreso han sido lentas en reducirse, como un todo el ingreso per cápita ha subido y eso debiera traducirse en una expansión de las clases medias. La desaceleración del crecimiento ha determinado que esa expansión sea un tanto más lenta, pero el proceso no se ha detenido. Lo importante es que sigamos creando los espacios fiscales y económicos en general, para que apliquemos las políticas que permitan acelerar la reducción de la pobreza y de las brechas sociales.

¿Cuáles son las principales políticas monetarias y fiscales que deben impulsar los países de la región para mejorar su desempeño económico?

– En el largo plazo, la política fiscal debiera apuntar a la provisión estable de los servicios y bienes públicos que demanda el desarrollo (educación y salud pública, infraestructura económica, seguridad social y reducción de la pobreza, combate de la delincuencia, etcétera) acompañado por una carga tributaria que otorgue sostenibilidad a las finanzas públicas, con una estructura de impuestos que evite distorsiones y sea eficiente en términos de costos de recaudación y a la vez progresiva, en que los que tienen más paguen proporcionalmente más. A su vez, la política monetaria debiera tener como objetivo colaborar en la estabilidad de precios junto con apoyar el crecimiento económico y el empleo, a través del estímulo a la inversión mediante tasas de interés real moderadas. En el corto plazo, ambas políticas debieran procurar la máxima utilización de la capacidad productiva y la defensa del empleo a través de políticas contracíclicas.

¿Cuáles son los principales rezagos en los que deben avanzar los países latinoamericanos?

– Las realidades en América Latina y el Caribe, e inclusive entre países centroamericanos, son muy diversas, lo que no permite una generalización fácil. Pero aun bajo el riesgo de la generalización, creemos que en los países más pobres el desafío central consiste en lograr una política fiscal como la señalada anteriormente, de modo de poder apoyar tanto el crecimiento económico como la mejoría en las condiciones sociales y la reducción de las brechas y de la pobreza. Ello debe ir asociado con la promoción de la inversión, especialmente por parte de las Pymes y cooperativas, para favorecer un crecimiento con empleo y equidad. En casos como los de Guatemala, con tipos de cambio que castigan a las exportaciones y favorecen las importaciones, también es necesario asegurar más flexibilidad cambiaria, y concretamente, la depreciación gradual del quetzal, con el fin de evitar desequilibrios externos y contribuir a un mayor crecimiento económico por la vía de las exportaciones.

Se vislumbra el fin del auge de las materias primas, ¿cuáles serán las implicaciones para la región?

– Se debe ser cauteloso ante las generalizaciones. Efectivamente, algunos commodities enfrentarán un mercado menos dinámico en los siguientes años. Un caso paradigmático es el del petróleo, en el cual la consolidación de la producción en los EE. UU. está cambiando radicalmente las características de ese mercado a nivel global, y es posible que veamos reducciones de precios, si bien no caídas dramáticas. A su vez, varios metales industriales han seguido exhibiendo buenos precios, a pesar de los vaticinios pesimistas del año pasado. En el caso de los alimentos, materias primas silvoagropecuarias, aceites y semillas oleaginosas, etcétera, el auge de precios no fue tan marcado como en los minerales, lo que aminora las fluctuaciones de largo plazo. Los efectos para los países de la región varían según si son exportadores o importadores netos de materias primas.