Titulo Migraciones e integración regional
SP/SMIR/Di 11-02

Autor Fidel Jaramillo B./ Antonio Avalos
Vicepresidencia de Estrategias de Desarrollo (CAF)


En nombre de la Corporación Andina de Fomento, quiero dar una cordial bienvenida a todos ustedes a este importante seminario que tratará sobre un tema que ha adquirido notable importancia, en la última década.

En efecto, la migración a nivel mundial se ha incrementado sustancialmente en décadas recientes a pesar de fuertes y numerosas barreras a la movilidad de personas. Tan solo en 1990 se estimaba que 120 millones de personas vivían fuera de su país natal, número que para el año 2000 se incrementó a 150 millones. En América Latina el fenómeno migratorio también ha aumentado donde tan sólo considerando la migración intrarregional y hacia los Estados Unidos, se calcula que el número de migrantes creció de 1.5 millones en 1960 (0.7% de la población total de la región) a 11 millones en 1990 (2.5% de la población total de la región), lo cual significa que la migración se ha multiplicado casi en 10 veces.

Gráfico Nº 1
Migración intrarregional y hacia los Estados Unidos

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Aunque la migración de latinoamericanos se ha extendido sobre diversas regiones del globo, un destino favorito sigue siendo los Estados Unidos de América. Según el censo del año 2000, alrededor de 14,47 millones de personas viviendo en territorio norteamericano nacieron en países de América Latina y el Caribe, lo que representa alrededor del 50% del total de residentes en Estados Unidos en el extranjero. La mayoría de ellos viviendo en las zonas Oeste y Sur del país.

Las estimaciones más recientes realizadas por el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) indican que en 1996, alrededor de 5 millones de migrantes indocumentados residían en los Estados Unidos y que esta población se incrementa a razón en 275.000 por año. Estos números significan que la población de indocumentados actualmente oscila alrededor de los 6.5 millones de personas, o sea cerca del 2.5% de la población norteamericana. México continúa siendo el país líder como fuente de indocumentados representando alrededor del 54% del total. Sin embargo, otros 5 países centroamericanos (El Salvador, Guatemala, Honduras, República Dominicana y Nicaragua) aportan cerca del 14.5% del total, lo cual coloca a América Latina como proveedor importante de indocumentados. Los países de la Comunidad Andina aportan cerca del 4% del total. Otro patrón bien definido es la concentración geográfica de los migrantes indocumentados, donde solamente California y Texas hospedan el 54% del total.

Gráfico Nº 2
Población latinoamericana indocumentada en los Estados Unidos (1996)

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Información reciente, aunque limitada, permite establecer que para el año 2000, el número de migrantes latinoamericanos y caribeños en Europa y otros países era de un poco más de 2 millones de personas observándose la mayor concentración en el Reino Unido, España, Italia, Canadá y Japón. Fuera de Europa, el caso más sobresaliente ocurre en Japón, donde en el año 2000 de acuerdo al Ministerio de Justicia, el 80% de los residentes latinoamericanos eran brasileños y el 14% peruanos. Las cifras sugieren que gran parte de estos migrantes sean descendientes de migrantes japoneses llegados a Perú y Brasil a principios del Siglo XX. Otros países receptores importantes de latinoamericanos y caribeños son Canadá, Israel y Australia.

Por generaciones, las remesas enviadas por migrantes internacionales han sido fuente importante de soporte económico a sus familias en los respectos países de origen. Estas se han convertido en importante flujo de divisas internacionales con implicaciones importantes sobre el consumo y la inversión en países receptores. De acuerdo al Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) y del BID, las remesas en América Latina alcanzan alrededor de 25,000 millones de dólares al año y se proyecta que de continuar con las tasas de crecimiento actuales, el valor de las remesas acumuladas para la siguiente década (2001-2010) podría alcanzar los 300,000 millones de dólares.

La experiencia reciente de algunos países individuales es particularmente ilustrativa de la relevancia de los flujos de remesas. En México por ejemplo, país líder como destino de las remesas, éstas representaron en 1999, 160% de las exportaciones agrícolas y casi 70% de las exportaciones petroleras. Para Brasil, las remesas en 2001 representaron lo mismo que las exportaciones de café, mientras que para República Dominicana, El Salvador y Ecuador en 2001, las remesas significaron más del 10% del PIB y entre 2 y 6 veces el valor total de la inversión extranjera directa (IED).

Actualmente se sabe que las disparidades en los niveles de desarrollo y oportunidades de trabajo entre países y regiones son causas fundamentales de la migración internacional; mientras éstas no se reduzcan o incluso desaparezcan, los flujos migratorios también tenderán a permanecer.

Gráfico Nº 3
Flujos de remesas hacia América Latina en perspectiva:
países selectos - (% del Producto


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Analistas del trinomio integración-migración-desarrollo coinciden es describir la relación entre los 3 elementos como el efecto de la 'joroba migratoria' afirmando que ocurre especialmente en procesos integradores entre 2 o más países o regiones con distintos niveles de desarrollo y donde preexisten relaciones migratorias. De acuerdo a esta visión, los efectos disruptivos del desarrollo en etapas iniciales se materializan en un aumento en la propensión a emigrar hacia países o regiones más desarrollados. Una vez que las fuerzas integradoras de comunicación, transporte, comercio e inversión fructifican en oportunidades de empleo y mayores salarios, la propensión a emigrar tiende a disminuir en el mediano y largo plazo. Presumiblemente, este proceso permitiría insertar a los países en desarrollo en la economía internacional (convergencia económica), elevando no sólo los niveles de competitividad sino también los niveles de vida de la población.

Actualmente se distinguen claramente al menos cinco expresiones del interés integrador en América Latina en dos niveles: hemisférico, que se materializa en las negociaciones para el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y el regional, representado por los bloques subregionales del MERCOSUR, Comunidad Andina, Mercado Común Centroamericano (MCCA) y la Comunidad del Caribe (CARICOM).


Gráfico Nº 4
Efectos migratorios del desarrollo: la joroba migratoria

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Sin embargo, el éxito de tales esfuerzos integradores como postula el efecto de la 'joroba migratoria' depende de una gran diversidad de factores. Primero, un compromiso serio al proceso de integración, así como a la cooperación regional. Segundo, identificación apropiada de las particularidades regionales, culturales y sociales de la migración y su relación con el desarrollo. Tercero, un planteamiento razonado y adecuado en el diseño y la lógica de las políticas migratorias y otros acuerdos legales que promuevan una mayor movilidad de personas y su legalización en países receptores. Cuarto, respecto a la diversidad cultural y étnica de los distintos países así como respecto a los derechos humanos y de los trabajadores y sus familias. Quinto, creación de instrumentos financieros para la utilización eficiente de las remesas en oportunidades de inversión productivas. Finalmente, atención apropiada a las repercusiones sociales, políticas y culturales del proceso integrador.

Quiero finalizar señalando que para la CAF ha sido un privilegio auspiciar este evento conjuntamente con el SELA y la IESALC. Estamos seguros que las deliberaciones serán muy constructivas para enriquecer el debate y el diseño de políticas públicas.

Presentación completa

 



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